Tuesday, May 15, 2012

Chile admirador


Como humanos que somos, cada cierto tiempo aflora la imperativa necesidad de protección como respuesta a la indefensión propia de la vida, y los chilenos somos campeones en eso. Endiosamos, admiramos, idolatramos gratuitamente. Si analizamos fríamente, alrededor tenemos variados ejemplos. Partamos por el de moda. La Michelle, amorosa, gordita, bajo perfil, simpaticona, con cara de ciudadana de a pie, con cara de "señora de su casa", mamá. Mamá! O sea, capaz de protegernos, cuidarnos, querernos, oírnos, solucionarnos la vida. Ese es su mayor valor, la imagen proyectada, aunque carezca de elementos para levantar tal figura. Sin embargo, tanta es nuestra  escasez político-afectiva, tan mínimas nuestras reservas de autoestima, que estamos dispuestos como masa crítica a pasar por alto cualquier negligencia o conducta pusilánime.

En otros ámbitos se repite la historia. Innumerables veces he oído que debemos cuidar a nuestros ídolos. Y dentro de esa categoría está Marcelo Bielsa. Un argentino que nos llevó al Mundial de Sudáfrica. Y por eso se le otorgó la categoría de dios, incluso a pesar de sus groseros modos. A esos que le rinden culto, se les olvida que él recibía millones por entrenar futbolistas? Qué tiene de ídolo un tipo que simplemente hace el trabajo por el que le pagan? Acaso piensan que Marcelo Ríos le habría regalado triunfos a Chile si por torneo ganara cien lucas? Sabe cuántos millones recibía Zamorano por "elevar" el nombre de Chile jugando en el Real Madrid?

Así construimos nuestra sociedad, a puro sentimentalismo. Tan acéfalos, tan faltos de liderazgos estamos que ensalzamos la imagen de quien represente lo que queremos ser, lo que necesitamos tener. Pero no se equivoquen, en Chile hay ídolos, y muchos. Yo me quedo con los anónimos, con lo que recogen animales de las calles, aunque  la plata no alcance, con esos que ganan el sueldo mínimo y mantienen a 5 personas. ¿No cree que esos sí son ídolos?

Monday, May 07, 2012

Soy Piñerista

Le gusta el título? Apuesto que no! Por eso lo escogí, para sondear lo que ya todos sabemos. Piñera cae mal. Mal mal. Pero muy mal. Y claro, eso es lo que indica la última Adimark, que le entrega solo un 26% de aprobación.
La verdad, me gusta Piñera. Pero también me gusta la objetividad. Y al Presidente se le puede analizar desde 2 puntos: percepción de su figura humana y logros en su gobierno. Parto por lo último. Logros a tenido el hombre, y son irrefutables: disminución del 7% de cotización para pensionados, postnatal de 6 meses, ingreso ético familiar, disminución de la tasa de desempleo, eliminación de listas de espera en pacientes AUGE, aumento de participación femenina en mercado laboral, se crea Ministerio de Desarrollo Social , se aumentan aportes a Educación (noticia en desarrollo) y otros logros más. También es cierto que la promesa contra la delincuencia no ha sido cumplida (cosa que considero utópica), pero, tal es suficiente como para que el hombre sea lanzado al vacío en las encuestas? Sus asesores no son lo suficientemente hábiles como para traducir a aprobación la capitalización de todos sus éxitos... O tal vez la imagen de Piñera es "inarreglable"...

Ahora hablemos de su imagen. Piñera es inteligente, enérgico, y tiene plata. O "pero tiene plata". Y Chile es prejuicioso. Si este hombre fuera un poco más humilde en su patrimonio, como Lagos (ojo, dije "un poco más humilde"), sería tan detestado? NO! Si Piñera no tuviera esa necesidad de ser el "florerito" que es, le iría mejor? SÍ. Si no tuviera tics, si no fuese desatinado en sus tallas, si fuese "low perfil", si no dijese "tusunami", la realidad sería otra. Y claro que es así. Objetivamente, no creo que Bachelet haya sido una gran Presidente, pero su popularidad no dejaba de ser menor, porque era mujer. Maternalismo cubriendo las carencias afecto-políticas de la población. Y no, no estoy loca, así es. De hecho, se han realizado estudios, en donde, observando la actividad de la corteza cerebral con resonancia magnética, se ha determinado que los electores  votamos cuando el político apela a nuestra a nuestro sentir, y no a nuestro pensar.

 O sea, Sebastián, seguirás bajando...