Señor
Dios
Presente
Respetado Sr. Dios:
Junto con
saludarle, me dirijo a Ud. con bastantes dudas. Primeramente no sé si Ud.
realmente existe. Y si ese fuese el caso, mi carta no tendrá la respuesta
esperada. No valdría la pena. Le voy a
contar que me atreví a escribirle luego
de leer unas palabras dirigidas a Ud., provenientes de un hombre inundado de dolor.
Pensé que si tengo dudas y reclamos, lo más lógico es consultarle directamente
por esta vía protocolar.
Comienzo con mis preguntas: ¿Cuál es su nombre? Es
Dios, Jehová, Alá, o Amor? Para muchos efectos puede que solo sea un
detalle semántico, pero en la individualización y caracterización de su
persona, no. Si yo pienso en Dios,
Jehová o Alá, me imagino una divinidad poderosa que determina todas las cosas.
Una que puede hacer lo que quiera sin considerar lo que pensamos. Para serle
bien franca Sr. Dios, cuando le veo uno de esos nombres, pienso Ud. es un
titiritero. Pero no un titiritero que regala un espectáculo a otros, sino un show
que lo satisface solamente a Ud. Y me parece maquiavélico. En cambio, si yo
pienso en Amor, imagino la energía más poderosa del Universo, sin
individualidad, de la que todos somos parte. Una energía que permite coexistan
el libre albedrío y el destino. Le
agradecería me aclarase quien es realmente Ud. para así poder dirigir
correctamente una próxima carta. Aunque en quien yo siempre he creído es en el
Amor.
Como bien sabe (porque Ud. lo hizo), Ignacio murió. El hombre
que amo no se muestra ya. Y creo que su
muerte tiene un sentido. De eso estoy segura. Pero no sé cuál es. Entonces pensé que podría ser lo siguiente: el humano
tan limitado e involucionado para comprender requiere vivir terrenalmente para
aprender. Entonces Dios nos lanza a la vida para que aprendamos y amemos, y
cuando cobijemos las enseñanzas necesarias, podremos pasar a un estadio más avanzado.
Conclusión: quiere enseñarnos. Y si Ud.
es Todopoderoso, por qué no nos hizo aprendidos? Para que nos hace vivir tanto calvario?
Yo, honestamente, no entiendo sus motivos. Los creo
extraños. Los creo malvados y vanidosos.
A Ud. lo veo como un espectador del Coliseo Romano. Disfruta de su
creación como si fuese culebrón venezolano? No quiero parecer
autoconmiserativa, pero por qué permite que muchos hagamos el ridículo rezando,
implorando por la vida y salud de un ser amado? Goza con eso? Por qué nos
permitió tener fe si sabía no viviría?
Sabe Ud. cuántos días estuve en esa capilla? Sabe cuánto esperé la
respuesta de sus monjes? O como creí en el algodoncito de San Chabrel? O cuánta
agua bendita de la Virgen de Lourdes le pusimos a Ignacio? Cuántos santitos teníamos
sobre su cama? Tanto dolor que nos
regala y no nos explica “para qué”. Lo que más se le parece a Ud. es Arturo
Moya Grau.
Entiende por qué yo prefiero creer en el Amor? Espero no le
moleste el tono de la misiva. Intenté ser honesta.
Quedo muy al pendiente de su respuesta,
Alexis Araya
Me conmovió tu amor por Ignacio.
ReplyDeleteLa carta está muy buena, aunque ataca temas largamente debatidos. En el medioevo principalmente, cuando se quebraban la cabeza tratando de conciliar fe y razón.
No pudieron. Nadie puede. El dios cristiano, que es muy similar al judío o musulmán, es contradictorio en su base. Creo que la religión panteísta de las tribus primitivas es más razonable. Incluso es posible que el animismo de los neanderthales sea más razonable.
La mismísima historia de cómo entró el mal en el mundo es absurdamente contradictoria. El hombre no tenía consciencia del bien y el mal. Dios le prohíbe comer del fruto de un árbol. Pero...¿cómo podría saber que desobedecer a Dios era malo si no conocía el bien y el mal?
Ahora...creer en algún tipo de fuerza impersonal, como el amor, es algo que muchos han hecho. Partiendo por Hesíodo, luego Empédocles...etc. Puede ser. Personalmente yo sólo creo en lo que me parece estrictamente necesario, y dicha fuerza no me parece necesaria.
Bueno, saludos, espero que estés muy bien, y que sigas escribiendo. Creo que Ignacio fue afortunado en estar contigo.
@Omar_Audicio (soy el Homero sin Crayón)
Encontré sincera la misiva.
ReplyDeleteNo soy Dios para responder, soy solo un ser humano que cree en el único Dios que existe.
Su nombre lo desconozco. Yo solo lo llamo Padre.
Él es amor, pero no es una energía amorosa. Él es Persona. Por esa razón le puedes escribir una carta. Por esa razón Él puede pensar y tú también puedes hacerlo.
Saludos y que Dios te guíe hacia Él.
:)
No es simple explicar muchas cosas. Lo que tengo en claro es una sola. Dios nos ama profundamente y a veces duele las cosas que pasa en la vida terrenal, pero es un periodo de aprendizaje. No sè si tienes desarrollado algun concepto de lo que es la fe. Pues, la fe es el creer rotundamente en Dios y en su voluntad. Te lo digo por experiencia propia, yo nunca le pedi a Dios perder a mi novio, nos casabamos a fin de año, y jamas le debati el por que se llevo a mi madre que padecia de cancer. El poder de la oracion es tremendo, por lo menos a mi me ha ayudado a sobrellevar la pena pero lo que me consuela es que en estos momentos Dios se manifiesta en todos los rincones de mi vida a traves de mi historia de vida. Dios no es malo y no porque haya maldad no va a existir Dios. La maldad existe gracias a los errores que cometemos los hijos, pero de la maldad puede nacer algo mucho mas maravilloso y divino. Te dejare unas preguntas de reflexion y quiero que te respondas sinceramente. Despues de la muerte de Ignacio haz sentido el amor de los que te rodean, haz pensado que es un amor que te manda el Padre a traves de las personas que Ignacio queria? Segundo, quien eres tu? Como Dios te llamo para llegar a la vida de Ignacio para hacerla mas feliz? Tercero, que pensaria Ignacio ahora acerca de lo que sientes sabiendo que el era el mas creyente y por lo menos a mi siempre me decia que aceptaba la voluntad del Padre? La fe no se mide con la cantidad de santos ni el agua bendita que tengas, sino con la capacidad de mantener tus creencias firmes sobre un suelo concreto.
ReplyDeleteEspero no haberte lateado pero sentia que lo necesitabas.
Alejandra.